La Verdad Inocultable, Ramón Jiménez Arencibia.

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El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 24 de agosto del 2012, (FCP). La propia marcha de los acontecimientos, coloca en el tapete problemas muy complejos, que afectan a una gran parte del Continente y que obligan a fijar posiciones de principios ante los mismos. Es innegable que la América está dividida, no solamente en la esfera geográfica, sino por intereses políticos y económicos.

Existe una fuerte corriente antinorteamericana, patrocinada por el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, quien ha venido a sustituir a Fidel Castro en el tono de los ataques y diatribas, contra la nación norteña. Pero el daño mayor que ocasiona el chavismo al futuro de estas naciones es querer crear una unión con la exclusión de Canadá y los Estados Unidos.

Chávez y sus acólitos, de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), unidos bajos las banderas del Socialismo del Siglo XXI, no buscan la verdadera integración. Esto es un término que se ha vuelto imprescindible. De hecho, el fenómeno se presenta como una realidad irreversible que no puede ser ignorada.

De ahí la gran importancia que tiene comprender los pasos que en América se da en ese sentido. Sus alcances, ventajas y obstáculos, evidencian que el proceso no tiene marcha atrás. Sin embargo, existen corrientes políticas e ideológicas que persisten en encausar estos esfuerzos a la creación de acuerdos antimercados y estatistas.

Los sectores de la izquierda más extremistas, representados por los presidentes Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y Fidel Castro, se esfuerzan por separar a los países del área, de sus vecinos del Norte. Para ello, buscan el apoyo de la Kirchner de Argentina, y tratan de aprovechar los intereses que tiene en la región la economía emergente de Brasil.

Dividir y luego separar es la palabra de orden de estos países, los cuales viven hoy bajo la sombrilla de los petrodólares chavistas. Quienes desesperadamente quieren implantar en esta región, el sistema político y económico derrotado en la Unión Soviética. El objetivo de sus promotores es querer aislar a los Estados Unidos y a Canadá.

Acusan a los Estados Unidos de superpotencia imperial y proclaman su derecho de marchar solos en el camino del desarrollo económico. Zbigniiew Brzezinski, antiguo consejero de Seguridad del expresidente Jimmy Carter en su libro «le Grand Echiquier» plantea que para merecer el título de Potencia Mundial, debe ocupar la primera fila en cuatro aspectos.

«El económico, el tecnológico, el militar y el cultural». Estados Unidos es actualmente el único país y el primero en la historia que cumple a la vez estas cuatro condiciones. En economía se ha destacado tras la muerte del comunismo, al reunir crecimiento, pleno empleo, equilibro presupuestario y ausencia de inflación».

«En tecnología, especialmente tras el fulgurante desarrollo que ha impreso a los instrumentos de comunicación de punta, disfruta de un monopolio casi total. Desde el punto de vista militar, es la única potencia (capaz) de intervenir en cualquier momento en no importa en qué lugar del globo dónde reclamen su presencia».

«Su superioridad cultural, sin embargo, más discutible y varía según los ámbitos. Es cierto, que es aplastante en ciencia y tecnología, así como en la Enseñanza Universitaria. Por otra parte, todo depende de saber en si se entiende cultura en sentido restringido o sentido amplio».

«En el primer sentido, es decir, en el de las altas manifestaciones creadoras, en los ámbitos de la literatura, la música o la arquitectura. La civilización estadounidense es evidentemente brillante, pero no es la única, ni siempre la mejor, su resplandor no podría compararse a nivel de prestigio con el de la Grecia Clásica».

Brzezinski escribe en su libro «La superpotencia estadounidense es resultado, por una parte, de la voluntad y creatividad de sus ciudadanos. Por otra, es debido a la acumulación de fallos del resto del mundo: fracaso del comunismo, suicidio de África debilitada por las guerras, las dictaduras y la corrupción. Divisiones europeas y retrasos democráticos en América.

Una fuerte corriente antinorteamericana, patrocinada por el presidente Chávez(der), ha venido a sustituir a Castro(izq) en el tono de los ataques y diatribas, contra la nación del norte.