Ética y Respeto Mutuo, Clara Pérez Gómez

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Camajuaní, Villa Clara, 15 de abril de 2011, (FCP). Los cubanos, se ven obligados a soportar el constante maltrato de sus propios coterráneos ante la solicitud de cualquier servicio público. Lo que a opinión de muchos es causado por lo instruido en su sistema de gobierno, que ha logrado dividirlos, sintiéndose enemigos unos de otros.

Es obvio, que debido a los constantes cambios sufridos en todas las esferas que como sociedad le ha tocado vivir en estos últimos 52 años, se haya degradado mucho como ser humano consiente. Tanto que hoy se pudiera afirmar que los han convertido en una clase social aun sin categorizar.

Al norte de esta provincia, perteneciente al municipio Caibarién, se encuentra ubicada una red de hoteles con categoría de cinco estrellas solo para el turismo pagado en moneda libremente convertible. Este lugar al estar situado en varios callos de esta latitud se le conoce como, «La Cayería Norte».

Los jóvenes de esta región, se disputan las plazas laborales allí ofertadas sin importarles cual fuera el oficio que deben realizar. No importa, si es para llevarlos al servicio sanitario, estos utilizados se sienten con esta ubicación laboral por encima de cualquier otro obrero en su misma calidad de empleo para nacionales.

Los beneficiados, disponen de un transporte gratis para el traslado desde sus municipios hasta este afamado lugar. Fueron escogidos para este fin los autobuses de procedencia china Yutong, que supuestamente resolverían el problema del transporte poblacional en el archipiélago cubano

Estos ómnibus, están autorizados por las leyes gubernamentales, a recoger pasaje en su recorrido. Solo que el asalariado que presta servicios a sus conciudadanos, debe pagar el precio de 10 pesos cubanos para poder abordarlo y llegar a tiempo a su centro de labor, no importa que esta proeza resulte ser su diario bregar.

Esto, si los favorecidos dejan que les paren, no obstante luego de haber pagado están obligados a escuchar sus desavenencias, porque según ellos no pueden ser molestados ya que van o vienen de trabajar. Se entiende entonces que el que trabaja para sus compatriotas no es digno de recibir tal favor.

Luego al llegar a cualquier establecimiento después de haber cambiado sus ahorros de pesos cubanos a estos otros ahora imprescindibles dineros, puedes ser reemplazado en la atención por cualquier extranjero. Ellos no deben esperar, son atendidos antes que cualquier natural residente en este país.

No se trata de maltratar al extranjero para que los de adentro se sientan bien. El irrespeto del gobierno a sus mandados en lo que a sus principios e ideologías diversas, reputación en muchos casos y propiedades, se refiere, ha enseñado al isleño que todavía aquí reside a tener en poca estima a su semejante.

El caso es, que ya para el nacional que habita en esta isla queda muy poca posibilidad de subsistencia como ciudadano honrado y capaz de mantenerse con el sudor de su frente. La irreverencia social y falta de ética para con ellos mismos que han aprendido de sus gobernantes hacen que se sientan incómodos en su propia tierra.

Detalle de una playa aún sin explotar de la Cayería Norte