En Honor al Número 21, Jorge Luis Artiles Montiel.

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Capiro, Santa Clara, Villa Clara, 30 de marzo del 2012(FCP). El número 21, en Las Grandes Ligas y en El Salón de la Fama de Las Grandes Ligas, es en honor a Roberto Clemente Walker, el pelotero latinoamericano más famoso, fallecido en un trágico accidente aéreo, el 31 de diciembre del 1972, mientras llevaba ayuda a las víctimas del terremoto de Managua, Nicaragua. Clemente, reina como santo patrón entre todos los jugadores latinos, negros y afronorteamericanos.

Nació en el Barrio de San Antón de Carolina, Puerto Rico e ingresó en Las Grandes Ligas (MLB) en 1954, con Los Piratas del Pittsburgh, donde fue novato del año. Fue cuatro veces «Champión Bate», 12 «All-Star» y 12 «Guantes de Oro», todo esto, en la Liga Nacional y en 1966 lo eligieron como el «Más Valioso», además, es considerado el mejor pelotero latino de todos los tiempos.

No sería el primer latino en ingresar en el Salón de la Fama, pero sí es el primer afroamericano en estar y la primera superestrella latinoamericana. Antes del estuvieron: El lanzador cubano Adolfo Luque (Papa Montero) y el maravilloso jardinero Orestes Miñoso (Minnie) y los boricuas Víctor Pellot, primera base y el lanzador Rubén Gómez (El Divino Loco).

Tampoco fue el primer latino en estar en un Juego de «Las Estrellas de Las Grandes Ligas», ese honor es para el shortstop venezolano Alfonso Carrasquel (Chico) quien participó en 1951. Pero como la trayectoria de Clemente, resultó tan fabulosa, algunos lo ubican de primero en casi todos los apartados.

Según la historia, en los finales del siglo XIX y principios del XX, hubo un puñado de peloteros negros o de piel oscura, entre ellos, en la década del 40, el cubano Tommy de la Cruz e Hiram Bithom, este último sí fue el primer puertorriqueño en Las Grandes Ligas. A ambos, la prensa de la época, convenientemente, los catalogaba de «extranjeros» o cubanos.

Varios estudiosos del tema, así como aficionados e historiadores, camparan a Walker con Jackie Robinson, el primer afronorteamericano que jugó en las MLB, esto, en 1947, pero en lo más que se parecían, era en el color de su piel y en como corrían las bases. Quizás se pueda comparar su fildeo elegante al de Willie Mays, quien jugó con la misma soltura en el jardín derecho.

Para el shortstop venezolano Luis Aparicio, tercero en ingresar a dicho Salón, Roberto fue «verdaderamente un líder para todos los latinos, fue siempre un defensor de los derechos». Al respecto, el dominicano Felipe Alou, planteó: «Me asustan las historias de jugadores latinos y negros que no conocen a Jackie Robinson. No quiero que olviden quien fue Roberto Clemente».

Después de tres décadas, sin que Los Piratas ganaran una Serie Mundial, hizo que en 1960 se titularan, ese año logró su «Champión Bate», pero se sintió molesto por el 10mo lugar que le otorgaron en las votaciones al «Más Valioso». En 1971 se coronaron nuevamente Los Piratas, pero aun así, seguía en reacción él y los demás peloteros latinoamericanos que sufrían.

Según la revista Time, nunca tuvo la oportunidad de protagonizar anuncios comerciales de cremas de afeitar, estás batallas que libró sin cesar, son los aspectos más importante de su legado. Clemente siempre dijo: «Mi mayor satisfacción viene de poder borrar las viejas opiniones sobre los latinoamericanos, afronorteamericanos y las personas de raza negra».

En una entrevista alegó: «El pelotero latinoamericano nunca recibe el reconocimiento que merece…, ganamos en satisfacción propia, pero después de la temporada, nadie se preocupa de nosotros». Como diría Frank Robinson, exaltado al Salón de la Fama: «Los logros de Jackies, no son los de Clemente, Clemente no tiene comparación».

Se lucha, para que retiren el número 21 de las MLB, algo que ya se logró en Puerto Rico, y el Caribe, con el 42 de Jackie Robinson, al jugar para Los Brooklyn Dodgers, quedó eliminado en el 50 aniversario de la integración racial en el 1997. Clemente, «No tiene comparación, jugaba cada partido como si la vida dependiera de él», así afirmó Willie Stargell, muy amigo de Roberto.

Pese haber finalizado su carrera en 1972, todavía es el líder histórico de Los Piratas del Pittsburgh, en juegos jugados, turnos al bate, hits, sencillos, bases totales y carreras impulsadas. Logros impresionantes que alcanzó con figuras ilustres de su club, como fueron Honus Wagner, Clarence Beaumont, Paul y Lloyd Wagner, Arky Vaughn, Ralph Kíner y Stargell.

José Guillén, natural de Republica Dominicana y jardinero de Los Piratas, al pasar por la majestosa estatua de Roberto Clemente, en la entrada del legendario estadio There Rivers, quiso tirarse una foto y rendirle tributo. Honraría así, al más grande pelotero latinoamericano, negro y afroamericano, en todos los tiempos en Las Mayores.

Pero el más fanático a él, excepto su exesposa Vera, es el venezolano Oswaldo Guillén (Ozzien), primer manager latino en ganar una Serie Mundial de las MLB, quien le dedica una habitación de su casa a Roberto Clemente. En San Juan de Puerto Rico existe una Ciudad Deportiva con el nombre de Clemente, donde practican deportes niños pobres.

Peloteros de MLB como el jardinero puertorriqueño Rubén Sierra, el lanzador mexicano Esteban Loaiza, el jardinero estadunidense Paul O’Neil, el dominicano Sammy Sosa, quieren seguir en honor y devoción al número 21, el Clemente. Se sentiría contento que se le rinda homenaje a él, pero si ocurriera el retiro del 21…Él diría que ya era hora.

Roberto Clemente Walker con su tradicional número 21.

 

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