La Chirusa, Santa Clara, 4 de mayo del 2012, (FCP). Es importante desmenuzarles a los lectores parte por parte, para que entiendan a cabalidad, el por qué se tilda de traidores y colaboradores de la Seguridad del Estado a aparentes militantes prodemocráticos cubanos. Desde mi última salida de prisión, allá por el 2004, como Director del Foro de Estudios Sociales «Marta Abreu» me propuse detectar a agentes infiltrados en la disidencia.
Afirmaba el coronel Héctor Hernández, director fundador de la Escuela Superior de Contra Inteligencia Militar «Comandante Arides Estévez» del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR): «Los Agentes Clandestinos poseen dos vulnerabilidades: 1.- Asumir actitudes incoherentes y 2.- Tienen que hacer contacto con su Centro Manipulador».
El Centro Manipulador está representado por uno o varios Oficiales Operativos de la Policía Política, quienes tienen la tarea de darles encomiendas para buscar información o la asunción de posturas favorables al Estado por parte de los oponentes. Por lo tanto, cualquier infiltrado debe tomar acciones inexplicables y contradictorias con lo proclamado por él anteriormente.
Los Oficiales Operativos del G-2 tienen que evaluar para informar al Mando Superior constantemente sobre el estado psicológico del Agente Clandestino y por eso se hace necesario mantener encuentros face to face con el mismo. También se necesita explicarles maniobras operativas muy complejas, que no se pueden detallar por vía telefónica.
Debido a esto, el Foro de Estudios Sociales «Marta Abreu» creó un Aparato Disidente Paralelo o underground, con militantes que no hicieran explicitas sus ansias libertarias y democráticas para Cuba. Fue así entonces, que surgieron dos categorías de disidentes en nuestras filas: Los Opositores Públicos y Los Opositores No Públicos.
A los No Públicos, se les dio toda una serie de tareas de búsqueda de información para hacer denuncias sin levantar sospechas, precisamente, aquel período resultó el más fructífero en la adjunta Agencia «Cubanacán Press». También se crearon los Grupos de Chequeo, para seguirles los pasos a quienes mostraran incoherencias en su actuar contestatario.
Está el caso de Víctor Castillo Ortega, apodado «Vitico», y su esposa Maribel Rodríguez Prieto, quienes eran vigilados por uno de los Grupos de Chequeo del FANTU, porque ellos pertenecieron a la Fraternidad Laical «Justicia y Libertad» (FL-JL) y la traicionaron. Este último, uno de los 18 grupos que conforman el FANTU, y está formado por laicos católicos.
Vitico y su cónyuge mantenían una postura suspicazmente incoherente, pues ellos también interactuaban en paralelo con la Coalición Central Opositora (CCO). De un modo recurrente informaban al presidente de la FL-JL Doctor en Medicina Veterinaria, Carlos Valhuerdi Obregón, respecto a críticas que hacia Idania Yánez y sus allegados a miembros del FANTU.
Cuestiones que me eran informadas constantemente por Valhuerdi Obregón, pues los represores conocían de la cercanía de este a mi persona y sobre todo al núcleo dirigente del FANTU. En especial a la Profesora de Computación y amiga personal Licet Zamora Carrandi, hace poco arribada al exilio en La Pequeña Habana, La Florida, Estados Unidos de América.
Finalmente, un miércoles del mes de octubre del pasado 2011, un Grupo de Chequeo del FANTU pudo acercarse y escuchar una conversación entre Víctor Castillo y Maribel Rodríguez con el capitán de la Seguridad del Estado Yunier Monteagudo Reina. La misma se desarrolló en la Plaza de la Revolución «Ernesto Che Guevara», previa a una Vigilia de la CCO.
En esta plática este represor les exigía al matrimonio de chivatos, determinar si el refrigerador que vendería Idania Yánez y que le fue dejado por su hermana Belkis, exiliada en España, poseía o no un Documento de Propiedad. Monteagudo Reina les aseguró a ambos infiltrados: «Si Idania no tiene propiedad y vende el refrigerador, entonces la podemos encausar por un delito común».
La dirección del FANTU consideró, que este intento de desprestigiar a la líder de la organización disidente más activa en las calles de la región central, era una cuestión altamente peligrosa para la causa democrática en la Isla. Se tomó la decisión de que quien suscribe, fuera a alertar a Yánez Contreras y cuál no sería mi sorpresa al enterarme de que ya ella lo sabía por fuentes familiares.
No conocemos los alegatos en contra de Frank Reyes López, otros de los defenestrados de la CCO, pues los Grupos de Chequeo del FANTU nunca lo siguieron porque jamás interactuó con nuestra agrupación. Debido a mi actual enfermedad y a las muchas responsabilidades de Idania Yánez no hemos podido saber de qué se le acusó ni cuáles son las pruebas contra él.
Personalmente, nunca tuvimos una gran relación de trabajo con Reyes López, debido a que este provenía del Movimiento Acción Democrática (MAD), regenteado por el delator del G-2 Luís Ramón Hernández Rodríguez. En los últimos cuatro años interactuamos un poco más, porque Frank era un activo miembro de la Coalición Central Opositora y muy cercano a Idania Yánez.
Sin embargo, otros Grupos de Chequeo a la vivienda del informante Luís Ramón Hernández aseguraban que Frank Reyes iba a ese sitio casi a diario, algo que él no le escondía a nadie, ni siquiera a mí. Se hizo una rutina recibir noticias de que, este ahora desterrado opositor pacífico, tras terminar en Las Vigilias de la CCO, cada miércoles, acudía al domicilio de su mentor.