Camino a Vegas Nuevas, Santa Clara, Villa Clara, 7 de marzo de 2014, (FCP). En Cuba abundan los casos de personas desvalidas y sin Atención Social. La política trazada por el régimen de recortar los fondos estatales destinados a los impedidos y desamparados, que no tienen forma de obtener el sustento económico imprescindible para costear sus gastos mínimos, es en extremo abusiva y criminal, pues abandona a su suerte a infinidad de necesitados.
Es en los barrios marginales y en las personas enfermas o con limitaciones físicas y mentales, donde se pone de manifiesto más abrumadoramente esta situación. El Camino a Vegas Nuevas es un fehaciente ejemplo de concentración de estas categorías de seres humanos que les urge la ayuda directa del Estado, pues carecen de parientes cercanos con posibilidades de atenderlos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, con su Artículo 25, acota el tema de la Asistencia Social, válido para todas las personas y en cualquier parte del mundo. Para los cubanos la Constitución de la República ha legislado en su cuerpo legal general, este medular aspecto que tanto necesita toda sociedad, con independencia del sistema político que adopte.
Por las normas internacionales exigidas a los Estados, cada nación debe ocuparse del bienestar de los integrantes de la sociedad. El Artículo 48 de la Ley de Leyes cubana dice: «El Estado protege, mediante la asistencia social, a los ancianos sin recursos ni amparo y a cualquier persona no apta para trabajar que carezca de familiares en condiciones de prestarle ayuda».
Nos ocupa hoy el caso de la señora: María Bueno Aldecoa, la cual tiene una situación de vida deprimente. Ella reside en el Camino a Vegas Nuevas, número 25, Santa Clara, Villa Clara, que a pesar de ser casada, con el salario del esposo no les alcanza para sufragar los gastos imprescindibles de la alimentación, vestir y de la vivienda.
Esta mujer de 51 años de edad, también sufre el abandono del régimen. La vivienda está en muy mal estado, gran parte de la misma es de madera, hecha con retazos que han resuelto con vecinos que sustituyen las tablas por otras nuevas y les regalan las quitadas de sus casas, el techo es de planchas de fibrocemento en malas condiciones por lo que el inmueble se moja cuando llueve.
María gestiona infructuosamente ante las autoridades competentes del Poder Popular, para obtener una ayuda y reparar su vivienda. Ella como todos los vecinos del lugar, carece de Propiedad al efecto de cumplimentar los requisitos que solicita el Órgano de Vivienda para aplicar en su caso con un Subsidio.
Es menester señalar que esta ciudadana es una mujer enferma. Tiene insuficiencia visual que le limita la visibilidad a cierta distancia. Padece de Hipertensión Arterial Crónica que le obliga a llevar un plan de medicamentos permanente. Además, de presentar un padecimiento en sus rodillas que cuando tiene las crisis se queda prácticamente inválida.
Las limitaciones de salud le impiden trabajar. Muy a pesar de su espíritu por la vida, le es imposible realizar actividad física alguna, es su interés el de obtener un salario propio por concepto de un empleo y así poder contribuir en el sustento del hogar y probablemente poder reparar la casa, pero le es imposible por sus limitantes.
Tampoco recibe ayuda de Asistencia Social. Manifiesta la necesidad de que el Estado le garantice, al menos una chequera con algo de dinero, que aunque no cubra todas las necesidades en algo le ayudaría con tantas cosas de que carece. En su opinión el gobierno no se ocupa de los pobres y necesitados.