Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 9 de noviembre de 2012, (FCP). Todo parece indicar que bajo la administración de Barack Obama la economía de los Estados Unidos de América (EE.UU.) va recuperándose. Si así no fuese el pueblo de ese país en elecciones verdaderamente libres, democráticas y plurales jamás le hubiese reelegido para un segundo mandato. Su elección echa por tierra otros mitos divulgados por los Castro.
Todo ese cuento con el que la dictadura castrista ha tratado de engañar a los cubanos se les ha desmoronado al fin, pues Obama no es blanco, ni anglosajón y mucho menos protestante, ya que ni siquiera es cristiano. Tampoco se creen el relato del racismo despiadado que «aún persiste» allá contra los negros, según afirman los voceros del régimen: «allí hasta les echan los perros».
Tampoco es creíble el estancamiento y la agudización de la crisis en los EE.UU., crisis por la que atraviesan todos los países del orbe. Claro que jamás mencionan que la crisis, la paralización y la depauperación en la que los Castro han sumido a Cuba es estacionaria y progresiva, aquí la dirección desacertada de la economía y la política han generado desidia y desconfianza.
Entre las mentiras derrumbadas el martes 6 de octubre estuvo la de no admitir por años el status ostentado por Puerto Rico desde 1952, o sea, el de Estado Libre Asociado, al cual los comunistas le endilgaron aquello de que no eran libres, sino colonia de los EE. UU. Desearían los cubanos haber tenido ese status, ya que tener presidentes como los Castro los ha llevado a la ruina.
Los borinqueños aunque son ciudadanos estadounidenses desde 1917 no tienen derecho a votar por el presidente de ese país y su representante en el Congreso tampoco puede votar allí. En estas elecciones prefirieron como su nuevo gobernador a Alejandro García Padilla, también y paralelo a las elecciones se realizó un plebiscito para decidir el status de esa isla caribeña.
Se realizó una doble Consulta Popular. Primeramente se les cuestionó si deseaban permanecer como Estado Libre Asociado (ELA), para un 46, 01% de respuestas afirmativas y un 53, 99% que deseaba cambiar esa situación. La segunda pregunta tenía un triple cuestionamiento que indagaba si ese nuevo estatus era permanecer como ELA, ser libres o ser un Estado más de la Unión.
Arrojó esta última interrogante que el soberano pueblo puertorriqueño en un 61,15% desean ser el Estado número 51 de esa gran confederación. Esta es otra diferencia con los cubanos, pues allá la soberanía recae en el pueblo, aquí la ostentan solo los Castros, los demás son súbditos que han perdido su condición de ciudadanos al no tener voz, ni participar de elecciones libres y directas.
El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, haciéndose eco de TeleSur, divulgó la posición ambigua de un borinqueño, aunque tergiversándola, pues este al no estar de acuerdo con ninguna de las tres opciones anteriores, planteó que se adhería a una cuarta postura. Llamaría a la misma Estado Libre Asociado Independiente, pero esto no lo expresó así Granma.
Alegó además este inadaptado personaje que todo aquel que no votó pertenece de hecho a su grupo fantasma, en el que hasta hoy solo cuenta él. En esto se parece a Fidel Castro, pues en las votaciones internacionales, cuando han condenado a su gobierno por violación de los derechos humanos, todos aquellos países que se han abstenido de votar, él siempre los contó a su favor.
Es bueno aclarar que la tergiversación del Granma consistió en divulgar erróneamente que en el triple cuestionamiento en vez de votar por ELA la boleta decía Estado Libre Asociado Soberano, status al cual describía como unión entre iguales. Verdaderamente, esta o la fórmula ideada por el puertorriqueño entrevistado, resultan ambas realmente ambiguas y contradictorias.
No se puede ser un ELA y a su vez ser independientes como aseveraba su inventor por TeleSur, ya que toda asociación crea vínculos y obligaciones con quien uno se agrupe, ya sea esta unión más o menos formal. Después de tres consultas anteriores (1967, 1993 y 1998) es la primera vez que la postura de la estadidad obtiene el mayor por ciento de los votos.
Solo falta que el Congreso de los EE. UU reafirme esta decisión para que se haga realidad el deseo del pueblo puertorriqueño de ser estadounidenses a plenitud. Aspiración esta que siempre había quedado en segundo lugar, aunque con estrecho margen de diferencia con respecto a la permanencia de la isla en la condición de ELA, porque los independentistas obtenían el mínimo.